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Sistema político y económico de China

Elegido en 2013 como presidente de la República Popular de China, Xi Jinping debería abandonar sus funciones en 2023- Sin embargo, un cambio en la ley propuesto por El Partido Comunista Chino (PCCh) suprimió el tope de mandatos y dejo la vía libre para la perpetuación en el poder del mandatario. Después de haber descartado las posibilidades de oposición interna, Xi Jinping fue reelegido por otros 5 años, por lo que su mandato terminará ahora en 2028.
El PCCh insistió que acabar con los límites de mandatos fortalecería el sistema de liderazgo chino y le permitiría a Xi supervisar ambiciosos proyectos de desarrollo.
Durante décadas la tendencia dominante ha sido analizar el sistema político chino en base a la teoría según la cual existe una correlación entre desarrollo económico y democratización. Esta teoría –basada en la “hipótesis de la modernización” del sociólogo estadounidense Seymour Lipset- se ha revelado cada vez más insuficiente para explicar la evolución política china.
 El Banco Mundial estima que más de 850 millones de chinos salieron de la pobreza gracias a las reformas del socialismo con características chinas, un desarrollo sin precedentes en la historia.
El Banco Mundial estima que más de 850 millones de chinos salieron de la pobreza gracias a las reformas del socialismo con características chinas, un desarrollo sin precedentes en la historia.
Estos rasgos socialistas que aún persisten en el modelo económico chino, y que han llevado a que muchos analistas lo tilden de “capitalismo estatal”, también han exacerbado la guerra comercial entre China y EE.UU. Si bien el conflicto se centra en la balanza comercial, muy inclinada a favor de Pekín, Washington y otros socios comerciales de China reclaman por las enormes ayudas estatales que reciben las empresas privadas chinas, y que las ponen en ventaja con respecto a sus rivales internacionales.
Las empresas privadas chinas tienen una doble ventaja: toman créditos de bancos públicos y reciben subsidios energéticos de las empresas estatales que controlan toda la producción de energía del país.
La nación asiática se encamina -según algunos analistas- a convertirse en la principal potencia económica del planeta. Su Producto Interno Bruto (PIB) solo es superado por el de Estados Unidos, pero en términos de paridad del poder adquisitivo (PPA) ya es la nación más rica del mundo. También tiene el sector bancario más acaudalado y la entidad con mayores activos: el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC).

