
Confinamientos en Shanghái amenazan la economía mundial

Escasez de mano de obra en Vietnam
Estrategia COVID cero en China

En Shanghái, la ciudad más afectada, los habitantes se quejan de no tener suficientes verduras frescas ni carne.
China declaró este viernes que seguirá adelante con su estrategia “cero COVID” pese a la creciente frustración de los habitantes de Shanghái, confinados desde inicios de abril y que protestan contra la política sanitaria del gobierno con cacerolazos desde las ventanas. La mayoría de los 25 millones de habitantes de Shanghái han sido confinados durante semanas en sus casas y cientos de miles de personas positivas al coronavirus han sido llevadas a improvisados centros de aislamiento
La estrategia “cero COVID” estipula el confinamiento de barrios o ciudades tras la aparición de casos de COVID, una cuarentena para las personas positivas, incluso si son asintomáticas, y pruebas masivas a toda la población. Las duras restricciones y el aislamiento obligatorio están causando estragos, con miles de personas que no pueden acceder a la atención médica. El brote de Covid-19 de la ciudad y el bloqueo prolongado llevaron las instalaciones médicas y de atención a personas mayores al punto de ruptura.

Mientras tanto, las autoridades de Beijing lanzaron un operativo de pruebas masivas, cerraron escuelas e impusieron confinamientos específicos en algunos edificios residenciales en un intento por controlar las infecciones. Esas acciones han despertado temores de un confinamiento más amplio. Las autoridades también confinaron varias otras ciudades, incluido el principal centro económico de Shenzhen. Se estima que hay más de dos docenas de ciudades con confinamientos entre ellas: Hangzhou, Suzhou y Harbin.
En el marco de estas medidas contra el brote de COVID, las autoridades han instalado vallas para restringir los movimientos de la población. Estas barreras de color verde, de dos metros de altura, han aparecido sin previo aviso en el exterior

de los edificios donde habita gente que tiene prohibida la circulación, edificios designados como “zonas selladas” en las que al menos una persona ha dado positivo por Covid-19.
Los confinamientos y las restricciones han asestado un duro golpe a la actividad, particularmente en ciudades económicamente importantes como Shanghái y Shenzhen; el desempleo alcanzó un máximo de 21 meses en marzo. Muchas empresas se han visto obligadas a suspender sus operaciones en varios lugares. La moneda china, el yuan, se debilitó rápidamente esta semana, cayendo al nivel más bajo desde noviembre de 2020.

