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China presentó este lunes una queja contra Estados Unidos ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) por las restricciones impuestas por el país norteamericano a sus exportaciones de chips. Según China, Washington “obstaculiza el comercio internacional de semiconductores”
Según las autoridades estadounidenses, que recientemente aprobaron una ley para estimular la producción de microchips en su territorio, China estaría empleando sus avances tecnológicos para espiar a sus propios ciudadanos y desarrollar tecnología militar avanzada. China describe las medidas como “motivadas políticamente” y “una represión irracional” a las compañías del país asiático.
La administración estadounidense, ve como una creciente amenaza el rápido desarrollo tecnológico y militar de China, asestó hace un par de meses un duro golpe al disputado sector al establecer, entre otras regulaciones, que ninguna empresa pueda suministrar a compañías chinas determinados chips fabricados en cualquier rincón del planeta cuando tengan detrás tecnología de Estados Unidos. Washington también ha prohibido a las empresas de su país exportar herramientas empleadas en la fabricación de chips avanzados.
La medida supone una andanada contra la capacidad de China en todo tipo de industrias punteras que van de la inteligencia artificial a los vehículos eléctricos. Estados Unidos busca además torpedear los recientes esfuerzos nacionales de China, que ha dado en los últimos tiempos un impulso a su industria y ha fijado entre sus objetivos prioritarios para los próximos cinco años “lograr una mayor autosuficiencia y fortaleza en ciencia y tecnología”, según subraya el informe presentado a finales de octubre por el presidente del país, Xi Jinping, en el 20º Congreso del Partido Comunista. Entre esos logros, destacan los de compañías chinas como la Semiconductor Manufacturing International Corp (SMIC) y la Yangtze Memory Technologies Corporation (YMTC).
La réplica de la segunda potencia del planeta llega después de una reciente victoria de Pekín también ante la OMC a cuenta de los aranceles contra el acero y el aluminio chino establecidos en 2018 por la administración del expresidente Donald Trump. El pasado viernes, el organismo con sede en Ginebra (Suiza), del que China forma parte desde 2001, dictaminó que estas medidas contravienen las reglas mundiales de comercio, en una decisión criticada por Washington.
Ante esto, China prepara un paquete de ayudas de 143.000 millones de dólares -unos 136.000 millones de euros- para su industria de semiconductores, según Reuters. Con subsidios y créditos fiscales buscará impulsar la producción de semiconductores y las actividades de investigación en el país. El plan se aplicaría a partir del primer trimestre del 2023.

